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domingo, 12 de septiembre de 2010

HISTORIA: SOY UN DIPTONGO...

Soy un diptongo, ya sabes qué significa eso. A veces me duelen los hiatos, es normal que me rompan en alguna palabra, pero el dolor que siento ahora no es de ese tipo. Me preocupan los textos en que vivimos. Si fuese una metáfora te diría que el horno no está para bollos. Últimamente veo demasiados accidentes gramaticales tristes. Nombres comunes totalmente descontentos con su género y número, demasiados verbos en pretérito imperfecto que sueñan con ser futuros perfectos o al menos condicionales simples. El guión bajo me dice que no hay nada que hacer. Los interrogantes buscan respuestas afirmativas pero acaban suspirando con los puntos suspensivos. Las comas se quejan de que nadie se detiene a respirar y las palabras largas echan la culpa de todo a las abreviaturas y a las siglas. Los errores tipográficos reclaman su derecho a estar bien escritos y los verbos, transitivos e intransitivos, están cansados de predicar en el desierto. Sé que el presente perfecto no existe pero si estoy en este papel en blanco es para reclamarte a ti como escritor que nos des un poco de margen, que trates de igual a igual a MAYÚSCULAS y minúsculas, que no te olvides de las figuras retóricas... No hace falta que nos escribas siempre a doble espacio y con buena letra, ni que nos leas en voz alta, pero si no es mucho pedir no nos encorsetes en frases hechas o en coletillas sin interés. Hazme caso, un diptongo sabe mejor que nadie lo importante que es estar unido. Si trabajamos juntos, línea a línea, párrafo a párrafo, estoy convencido de que todos tus textos estarán orgullosos de ti. Y quién sabe, quizás cuando escribas el punto y final de este cuento tú estarás contento de haber llegado hasta aquí y yo pueda decir a los míos que los textos en que vivimos no están tan mal.

ANÓNIMO

1 comentario:

Pichulín dijo...

Muy interesante tu blog, es un gran aporte a la cultura.

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